La certificación Passivhaus se trata de un documento que reconoce con carácter oficial que las casas son merecedoras de ser consideradas sostenibles, y es una solicitud que cada día intentan conseguir más personas en todo el mundo, ya que cuenta con múltiples y positivas consecuencias.
Mediante la medida y la comprobación de una serie de requisitos de sostenibilidad, como el aislamiento térmico, la calidad del aire de dentro de la casa o el aprovechamiento de la energía procedente del sol, el Passivhaus Institut se encarga de calificar que tu vivienda se adapta al estandar de estanqueidad del edificio.
La puede solicitar cualquier persona siempre y cuando se adapte a los requisitos que el organismo exige, y para llevar a cabo el trámite es fundamental que contactemos con un técnico Passivhaus, que se encargará de gestionar, supervisar y guiarnos durante todo el proceso de conseguir una Passivhaus, de forma que podamos lograr disponer de una vivienda calificada como responsable con la sostenibilidad y el futuro del planeta.
El estándar de certificación Passivhaus fue originado por los profesores Bo Adamson, de la Universidad Sueca de Lund, y Wolfgang Feist, del instituto Alemán de Edificación y Medio Ambiente, que en 1994 fundaría el Passivhaus Institut (PHI) en Alemania.
El estandar de estanqueidad de una vivienda fue incorporado a la actividad del Passivhaus Institut en 1991 y hace referencia a que las viviendas incluidas en el listado de casas pasivas -traducción de Passivhaus- tienen un consumo energético sensato y reducido, y que la preciada sostenibilidad ha sido alcanzada gracias a la responsabilidad y el esfuerzo de sus habitantes.
Se trata de una consideración que se ha ido extendiendo por todo el mundo y que cada día más viviendas logran, ya que ofrece un reconomiento altamente apreciable de que tu vivienda está comprometida con el medio ambiente y con la calidad del mundo que dejaremos a las próximas generaciones. Una vivienda pasiva nos demuestra varias cosas, entre ellas, la perfecta combinación de una elevada comodidad y calidad de vida en el interior de la casas con un consumo de energía bajo, unido a un precio asumible y asequible por parte de los usuarios.
Para conseguir la Certificación Passivhaus hay una serie de aspectos de suma importancia, como el máximo cuidado y atención a la envolvente del edificio, es decir, el espacio que delimita la parte interior de la exterior, y un correcto y adecuado sistema de ventilación controlada en la vivienda.
La Certificación Passivhaus asegura un efectivo aislamiento con respecto al exterior del edificio que desea ser considerado con este reconocimiento internacional. Para conseguirlo las paredes deben gozar de un suficiente aislamiento y de unas buenas cubiertas que logren evitar los temidos puentes térmicos, es decir, aquellas zonas de las casas en las que no se ha conseguido un correcto aislamiento y se transmite con más facilidad el calor de las estancias al exterior de la edificación.
Para ello, es fundamental impedir que se infiltre el aire por ventanas y puertas. Una vivienda a que el Passivhaus Institut haya otorgado su más alto reconocimiento en materia de sostenibilidad es garantía de un máximo control sobre dos de los más importantes aspectos de la calidad de vida: la temperatura y la adecuada calidad del aire.